En este momento debo reconocer que la experiencia en la creación y elaboración de este portafolio digital ha sido enriquecedora, comencé con muchas dudas e inquietudes que certezas. En algún momento estuve hasta estresada y alterada por no comprender algunas tareas o por no tener una motivación en algunas ocasiones.

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Durante la elaboración de este Portafolio que fue un proceso en el cual he aprendido a lo largo de los dos semestres que he trabajado bajo esta forma evaluativa el cual es el trabajo por método y competencias, este nos ayuda a nosotros como estudiantes que seamos capaces de llevar el conocimiento a la realidad que nos rodea, aprendamos de manera práctica los propios contenidos teóricos que les corresponde en todas las áreas debido a todo lo que interviene en este método de aprendizaje, pero en esta actividad se desarrollo reportes de lectura y videos es muy importante y mas cuando se lleva un control de ellos para consultar en otro momento y así poder hacer una carpeta y ver tus avances académicos bajo este método.

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Me parece muy buena la utilidad del portafolio, a medida que dominamos más su uso, nuestra comprensión cambia de manera significativa al reflexionar sobre nuestros conocimientos, es decir, cuando vemos muchas veces el portafolio, se pueden apreciar los cambios que se producen a medida que pasa el tiempo. Efectivamente, el proceso de construcción de este instrumento evaluativo, ha exigido y requerido en mí, una sólida base de conocimientos, y un alto nivel de actividad autónoma, movilizando y estimulando mis habilidades tanto cognitivas como metacognitivas, al igual que la interacción con otros. El portafolio, constituye una forma innovadora para dejar la responsabilidad en manos de los estudiantes, y se ajusta al alineamiento constructivo al permitir que las actividades de aprendizaje sean también las de evaluación. 

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El portafolio permite valorar la construcción del conocimiento a lo largo de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que sin duda marca una gran diferencia con la evaluación tradicional o pruebas escritas, la implicación que genera en el estudiante potencia la evaluación formativa. Es decir, reconoce el trabajo del estudiante y al mismo tiempo su manera de pensar. En la misma línea, cada evidencia presentada, cada análisis e interpretaciones, cada creación de elementos, permite reflejar a la persona que ha construido el portafolio y, en ese sentido, la valoración de éste se traduce en una evaluación auténtica que respeta las diferencias y virtudes de cada estudiante. 

, ésta puede convertirse en una herramienta común, para que los estudiantes almacenen, organicen y manipulen los apuntes y trabajos del curso,  a los avances tecnológicos e innovaciones electrónicas que crecen a cada segundo, el desafío estará en crear y estimular una cultura evaluativa que sea un puente  entre las tecnologías y los sistemas educativos.